Originalmente publicado en: https://labsbibliotecarios.es/reflexiones-en-torno-al-laboratorio-pensar-las-comictecas/
Desde el proyecto LABBBs venimos celebrando desde 2019 un laboratorio bibliotecario usando la metodología que proponemos en el curso. Este año, en su tercera edición, se organizó en colaboración con la Red de Bibliotecas Municipales de A Coruña y llevó por título Pensar las comictecas: proyectos para su creación y desarrollo.
Las personas del Grupo de Trabajo que estuvimos presentes en el laboratorio y que formamos parte del equipo de mentores hemos hecho una valoración que nos gustaría compartir.
Un enfoque diferente
La metodología que empleamos permite definir la orientación del laboratorio y por tanto también de los proyectos que se trabajarán en él. Así, la temática puede ser más general o más concreta en función del proceso de trabajo que se quiera impulsar y de los resultados que se quieran obtener.
Para la primera edición (Medialab Prado, Madrid, 2019) escogimos una temática muy general: proyectos colaborativos en bibliotecas. Esto facilitó que personas de ámbitos diversos se sintieran interpeladas y presentaran proyectos en los que la clave estaba en fomentar la colaboración de diferentes agentes. Consecuentemente se favoreció la diversidad de personas colaboradoras en cada uno de los proyectos y las distintas miradas que las alimentaban.
La segunda edición (Medialab Tabakalera, Donostia – San Sebastián, 2022) estuvo dedicada a Aprender en la biblioteca… haciendo, investigando, leyendo, jugando y con las TIC. Se mantuvo todavía un enfoque amplio en cuanto a la temática, aunque dentro de la orientación de los proyectos que se querían desarrollar: aprender, investigar, leer, jugar y con las TICs en las bibliotecas. En esta edición también fue destacada la diversidad de colaboradores en el desarrollo de los proyectos, ya que expertos en TICs, en ecosistemas de innovación desde el hacer o desde el mundo de la investigación, a los que se interpelaba desde el laboratorio, tuvieron una participación remarcable.
Para esta tercera edición (Centro Ágora, A Coruña, 2024) se decidió que la temática sería Pensar las comictecas. En el CCB se había creado un nuevo grupo de trabajo (GT Comictecas) y desde la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria se consideró pertinente dedicar este laboratorio a dicha temática para impulsar algunas líneas de trabajo del grupo.
Consecuentemente, la temática era mucho más concreta que la de las ediciones anteriores. Decidimos hacer un mapeo del ecosistema del cómic que incluía comictecas relevantes, asociaciones, editoriales, divulgadores, etc. Este mapeo nos ayudó a la hora de difundir la convocatoria y de dar a conocer la dinámica a un colectivo experto en el ámbito del cómic, a la vez que diverso.
Tanto los promotores de los proyectos como los colaboradores estaban dentro de este ecosistema: todos profesionales del cómic en alguna de sus facetas, bibliotecarios especializados, personas con un conocimiento experto y una idea clara de cuál era el proyecto y cómo debía desarrollarse. Todos los colaboradores, además, pudieron participar en el desarrollo del proyecto que fue su primera elección en la inscripción.
Un resultado previsible
El hecho de que la temática sea tan concreta dificulta que alguien que no esté vinculado al cómic y su difusión se sienta apelado por la convocatoria y se anime a participar de alguna manera. En la primera edición se hacía patente que cualquier persona que tuviese una idea de un proyecto para desarrollar en su biblioteca pudiera presentarlo. Podía ser un usuario de la biblioteca, una asociación, una empresa… En la segunda quizás algo menos, pero se apelaba a una amplio espectro de habilidades. En esta tercera hemos constatado que nadie fuera del ecosistema del cómic se ha sentido interpelado.
Lo positivo de trabajar con una temática concreta es que el desarrollo de los proyectos se ha dado de manera sencilla, rápida y con unos resultados, aunque previsibles, extraordinarios: los participantes de los proyectos sabían de antemano lo que iban a hacer, estaban preparados y mentalizados para ejecutar las propuestas. Construir grupos de trabajo con expertos en una temática concreta hace que los proyectos tengan un desarrollo máximo. Tanto es así que, al contrario que en las dos ediciones anteriores, sobró tiempo para trabajar a fondo las presentaciones del último día.
Laboratorio o taller
Es deseable que un laboratorio tenga un componente alto de incertidumbre. Se trata de construir algo colectivamente y desde la mirada de diferentes ámbitos. Se parte de una idea o de un objetivo, pero el enfoque que el promotor le da en su propuesta no tiene por qué ser el que el equipo decida trabajar. Salvo uno de los proyectos de este año, el resto no puso en crisis la propuesta inicial, nadie se planteó hacer una cosa diferente porque todos aceptaron la propuesta tal y como estaba planteada.
La falta de visiones externas al ámbito temático (tanto de bibliotecarios como de agentes del mundo de la participación ciudadana) relajó las visiones críticas o propuestas rompedoras, innovadoras o diferentes.
Proceso o resultado
Esta reflexión nos lleva a otro tema de debate, si el foco debe estar en el proceso o en el resultado. Para este grupo de trabajo el proceso es importante: si no se ponen los proyectos en crisis y no hay visiones externas, ¿es un laboratorio?
Podemos también no ser tan estrictos con la metodología y poner el énfasis en el resultado, pensando que el proceso consiste en juntar a personas que no se conocían antes en torno a un interés común. Bajo este punto de vista, el nivel de transformación de un proyecto no es un indicador: lo importante es el resultado, que los proyectos se han visto enriquecidos gracias a la inteligencia colectiva.
¿Y tú, qué opinas?