¿Por qué las bibliotecas tienen tanto éxito entre los jóvenes?

Originalmente publicado en: https://labsbibliotecarios.es/por-que-las-bibliotecas-tienen-tanto-exito-entre-los-jovenes/

Si existe un tema que año tras año en estas últimas décadas se ha planteado en reuniones y planes de las bibliotecas públicas es el que se refiere al (no) uso de lo/as jóvenes de los servicios bibliotecarios. Suele haber consenso al afirmar que el colectivo joven no es usuario de las bibliotecas, que no es un público lector, que no participa en las actividades programadas etc.

Que con los servicios excelentes que se ofrecen y las actividades fantásticas que organizamos en las bibliotecas, ¿los jóvenes no vienen a la biblioteca? ¡Hay qué ver cómo está el mundo! 😉

Si después de tanto tiempo lo/as profesionales del sector seguimos con este discurso, es que realmente estamos haciendo algo mal, muy mal.

Generalizar en estos aspectos no es correcto. No, no es correcto ni cuando hablamos de “jóvenes” ni cuando hablamos de “bibliotecas y profesionales”. Así que mejor ir a detalles y ejemplos para aprender de lo que funciona y cuestionarnos, para mejorar aquello que necesita cambios.

Las estrategias comunicativas, aquellas políticas pensadas en proporcionar servicios, tienen que aterrizar en las situaciones concretas para poder responder de manera efectiva a lo que necesitan las personas.

Hace ya un tiempo que en las bibliotecas se ha instalado la idea de que la persona es el centro del servicio bibliotecario. Es por ello que pensar en público joven, en muchas ocasiones, es demasiado abstracto, demasiado general, y consecuentemente no nos ayuda a afinar el tiro. Ni todo/as los jóvenes tienen los mismos intereses, ni todos los servicios y propuestas de la biblioteca deben estar dirigidos o pensados en base a la edad. Es así que, si la biblioteca es ese servicio público de encuentro entre personas que aprenden y disfrutan con los contenidos, propuestas, actividades etc. que se ofrecen, deberá ser clave centrarse en conocer bien esos intereses comunes independientemente de la edad de lo/as posibles usuario/as.

La definición de público joven abarca un rango de edad demasiado amplio como para uniformar al colectivo. Lo podríamos encuadrar entre los 16 y los 29 años. Somos conscientes de que, en principio, nada tiene que ver una persona de 17 años con una de 28. Los intereses y necesidades y, consecuentemente los usos que en los diferentes rangos se hagan de la biblioteca responderán a momentos vitales distintos, aunque un punto en común puede ser el uso de los servicios bibliotecarios como espacios de estudio y trabajo. Y en momentos concretos de estudio y trabajo, los usos de unos servicios concretos de la biblioteca se hacen de manera muy intensa. En consecuencia, una vez que este colectivo ha estado en las aulas (institutos, escuelas de formación profesional, universidades…) unas seis horas diarias, y después acceden a las bibliotecas para seguir trabajando… ¿Pretendemos que sigan viniendo a las bibliotecas? ¿No es lógico pensar que lo que necesitan es salir de estas estructuras para vivir otro tipo de experiencias? Es como pensar que los adultos que pasan siete u ocho horas en su puesto de trabajo, sigan en el mismo espacio una vez terminada la jornada laboral, aunque sea para disfrutar de la actividad más interesante que podamos imaginarnos.

¿Cómo se quiere seducir al colectivo de jóvenes para que habiten las bibliotecas?¿Qué propuestas se plantean en los servicios bibliotecarios?

Lo que más se suele escuchar es el poco uso que hacen lo/as jóvenes de los contenidos que ofrecen las bibliotecas, aunque lo que más se repite es el poco uso que hacen de los libros. Es inmensa la literatura que hemos generado al respecto: “lo/as jóvenes no leen”. Cierto, pero tampoco son grandes lectores otros colectivos organizados por edades.

A pesar de todo lo dicho hasta ahora, todo/as tenemos y conocemos jóvenes que acuden a las bibliotecas y bibliotecas que desarrollan unas políticas formidables de acercamiento y servicio para este colectivo, con buenos resultados.

Pero esto no nos es suficiente. Como servicio público que pretende ir más allá del fomento de la lectura defendiendo que las bibliotecas son un elemento insustituible en una sociedad en un constante y veloz cambio en todos los aspectos de nuestras vidas, la biblioteca tiene la posibilidad de conseguir que la población joven sea ya no sólo una gran usuaria del servicio, sino una gran aliada.

En ocasiones, y se podría decir que en general:

  • Son jóvenes que demandan un espacio que responda a sus necesidades y maneras propias de uso de las bibliotecas. Habitantes de bibliotecas en los que existen espacios, en los que más allá de mesas y sillas de estudio, puedan encontrarse de manera distendida con su comunidad.
  • Son jóvenes que gustosamente participan en aquellas propuestas en las que tienen voz. Propuestas no cerradas en las que pueden desarrollar sus intereses y en los que las personas que trabajamos en las bibliotecas nos toca “sólo” acompañar.
  • Son jóvenes que no encuentran espacios donde compartir intereses concretos y desarrollar proyectos, y a los que las bibliotecas les abren las puertas para que hagan suyo ese espacio y sigan construyendo y desarrollando esos intereses.

Es así que son mucho/as lo/as jóvenes que habitan las bibliotecas, y podrán ser más si los servicios bibliotecarios trabajáramos más a fondo algunos aspectos, como:

. promover la participación de las personas jóvenes a diferentes niveles, de manera que esa participación no se limite al consumo de colecciones y actividades, y se pueda dar incluso en la participación activa en la definición de servicios, colección y actividades y proyectos.

. entender que la biblioteca no es la suma de la colección y los servicios, la biblioteca será si existe lo anterior, sobre todo, con las personas que lo habitan y lo hacen suyo; que lo viven. Y para ello tenemos que dejar margen a que, en este caso, lo/as jóvenes hagan.

. salir de los muros de la biblioteca e ir al encuentro de lo/as jóvenes acompañándolos en proyectos de creación, experimentación y aprendizaje que quieran llevar a cabo. No todo tiene que ocurrir en la biblioteca.

Y tú, ¿puedes compartir lo que haces con el colectivo joven en tu biblioteca para que así podamos aprender?