Originalmente publicado en: https://labsbibliotecarios.es/laboratorios-bibliotecarios-una-mirada-desde-los-servicios-y-las-politicas-bibliotecarias-i-el-marco-legal/
Uno de los objetivos del proyecto LABBBs es impulsar la innovación en bibliotecas a través de prácticas que tengan que ver con la participación ciudadana. Pero, ¿por qué es importante que las bibliotecas integren el concepto de participación en su modelo de servicio? La relación entre los laboratorios bibliotecarios y las políticas públicas de bibliotecas en España es uno de los temas que nos plantea algunos retos sobre los que queremos reflexionar. La intención no es analizar la situación de los laboratorios bibliotecarios en las políticas bibliotecarias, al contrario, es abrir la conversación sobre algunas cuestiones que condicionan e influyen en la adopción y diversificación de estas metodología (o de otras que también acercan a las bibliotecas a la participación ciudadana) en los servicios bibliotecarios de una manera sistémica y no puntual o anecdótica.
En España, el marco legal establece la competencia de un servicio de biblioteca a las administraciones públicas en condiciones concretas (vinculadas mayoritariamente al volumen de población). En este marco legal,que incluye la ley de bases, legislació estatal y legislación autonómica, la “definición” de “servicio de biblioteca” hace referencia mayoritariamente al acceso y a la gestión de colecciones (funciones, servicios básicos, redes, etc.) y lo regulada en torno a unos estándares o referentes (horarios, espacios, volumen de la colección, profesionales, etc.). Esto provoca diferencias tanto a nivel autonómico como a nivel local.
Por otro lado, la legislación española en materia de bibliotecas no ha sido actualizada, excepto alguna mención en preámbulos (que posteriormente no se concretan en el articulado), para incluir, tal y como nos recomiendan instituciones como IFLA, UNESCO y EBLIDA * la visión y función de la biblioteca en la promoción de la participación ciudadana. Es decir, no hay ninguna ley que priorice la biblioteca como agente alfabetizador y de oportunidades del desarrollo personal en el ejercicio de la vida democrática, y tampoco como un actor más en la participación ciudadana y democrática.
¿Sería suficiente con modificar la legislación para incluir la participación entre las funciones de la biblioteca? La respuesta rápida es que ni una cosa ni la otra. No sería suficiente puesto que el marco legal requiere de unas políticas públicas que lo cumplan, desarrollen y consoliden. Es decir, si las políticas públicas o los instrumentos de planificación (reglamentos, presupuestos, planes, subvenciones, ayudas, etc.) no lo desarrollan, no es suficiente. Pero, visto de otro modo, tampoco es necesario y es, prácticamente, por la misma razón: El marco legal de bibliotecas ya incluye los principios y valores democráticos, de participación , de inclusión que justifican que se traslade la participación y la apertura a las políticas bibliotecarias o los modelos bibliotecarios. Esto es ya una realidad en algunas redes o en algunas bibliotecas mediante planes directores, presupuestos, etc. Entonces, ¿de qué depende que se implante y desarrolle una biblioteca participativa, abierta, que escucha y apoya (todas) las inquietudes ciudadanas…? En breve, en reflexionaremos sobre esto en la parte II (LABBBs, una mirada desde los servicios y las políticas bibliotecarias II: la gestión del servicio público)
*En concreto en el Manifiesto IFLA-UNESCO por la biblioteca pública actualizado en 2022 habla del “espacio accesible al público para la producción de conocimiento, el intercambio de información y cultura, y la promoción de la participación ciudadana” y en las recomendaciones de EBLIDA se detallan cuestiones de participación democrática en el apartado 4 del bloque relativo al Acceso libre a la información y desarrollo de una sociedad democrática
¿Sería suficiente con modificar la legislación para incluir la participación entre las funciones de la biblioteca? La respuesta rápida es que ni una cosa ni la otra. No sería suficiente puesto que el marco legal requiere de unas políticas públicas que lo cumplan, desarrollen y consoliden. Es decir, si las políticas públicas o los instrumentos de planificación (reglamentos, presupuestos, planes, subvenciones, ayudas, etc.) no lo desarrollan, no es suficiente. Pero, visto de otro modo, tampoco es necesario y es casi por la misma razón: El marco legal de bibliotecas ya incluye los principios y valores democráticos, de participación , de inclusión que justifican que se traslade la participación y la apertura a las políticas bibliotecarias o los modelos bibliotecarios. Esto es ya una realidad en algunas redes o en algunas bibliotecas mediante planes directores, presupuestos, etc. Entonces, ¿de qué depende que se implante y desarrolle una biblioteca participativa, abierta, que escucha y apoya (todas) las inquietudes ciudadanas…?